Pablo Acevedo Jato

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Vivimos envueltos por el color azúl, la inmensidad del cielo, la grandiosidad del mar, gratificados al color por esa sensación de luminosidad que nos ofrece.

Pero, ¿qué ocurre si planteamos esta cuestión a un individuo que sufre el tipo determinado de daltonismo que confunde muchos colores con el amarillo? Para él la luminosidad del color vendría más definida por susodicho color.

O, ¿qué ocurriría si preguntamos a una madre con un hijo de grandes ojos negros? Nos diría que para ella, la luminosidad vendría del color radiante y negro de los ojos de su hijo, vería esa luz desde el corazón.

Y es así pues al termino AMBIGUO al que quería llegar, arco iris de formas que no sugieren nada en concreto y que pretendo hagan al espectador imaginar nuevos mundos. Éste puede imaginar espontáneamente la interpretación de la obra, no teniendo que ser la misma que la de otra persona. Pretendo así, que dicho espectador, de alguna forma, intuya el placer de la creatividad.

Con este planteamiento otorgo la posibilidad a cada persona que observe la obra, de reescribir su propio título.

Así pues el objetivo de mi obra es crear una conexión artista-espectador a través de la imaginación. Forma y color pretenden crear una naturaleza misteriosa por su ambigüedad.

La definición de los títulos de las obras, por mi parte no es algo arbitrario, sino que van naciendo según se va gestando la obra, creando una imagen, sensación o setimiento de mi propio espacio-temporal.

A caballo entre la abstracción y la figuración,  la vorágine desarmada de lo abstracto se convierte, introduciento elementos que sugieren figuración, en una nueva dimensión visual, donde la indecisión representativa de la abstracción, ayudada con la introducción de formas que nos sugieren algo, plasma en nuestro espíritu una figura, sentimiento de algo bello y reconocible.

La expresión por parte del artista, del mensaje conceptual que quiere mandar con su obra, normalmente viene prefijada. Al introducir el termino ambiguo, estoy dando un contenido a lo que quiero expresar infinitamente abierto a las interpretaciones por parte del espectador y del artista.

En la diversidad está la esencia, una obra deja de ser estática y unidireccional convirtiéndose en un universo de análisis.

Orden y caos, figuración y abstracción se unen creando una expresión en lo creativo no pasiva, sino con vida propia generada por la multiinterpretación.

Energía y vigor son el resultado de dicha mezcla. Múltiples conclusiones en consonancia con la pluralidad como base enriquecedora de nuestro espíritu.